martes, 27 de noviembre de 2012

Florbella Espanca


Flor Bela de Alma da Conceiçao Vila Vicosa, Portugal, 1894 – Matosinhos, Portugal, 1930)
Militante feminista, fue una cualificada poetisa, cuya producción se caracteriza por un intimismo teñido de erotismo.
Tras varios intentos de suicidio frustrados, al fin se quitó la vida el mismo día de su treinta y seis cumpleaños.
Su obra maestra fue “Charneca en flor”.
…..
Alma perdida

Toda esta noite o rouxinol chorou,
Gemeu, rezou, gritou perdidamente!
Alma de rouxinol, alma da gente,
Tu és, talvez, alguém que se finou!

Tu és, talvez, um sonho que passou,
Que se fundiu na Dor, suavemente...
Talvez sejas a alma, a alma doente
Dalguém que quis amar e nunca amou!

Toda a noite choraste... e eu chorei
Talvez porque, ao ouvir-te, adivinhei
Que ninguém é mais triste do que nós!

Contaste tanta coisa à noite calma,
Que eu pensei que tu eras a minh'alma
Que chorasse perdida em tua voz!...
Florbela Espanca
……..
Gratísimo al oído. Quise traer el soneto en su lengua original, la portuguesa, para degustar la armonía de sus dulces sonidos.
Después de llorar toda la nohe ruiseñor y poeta, ella pensó que la doliente voz del ruiseñor pudiera ser el alma  de alguien que murió, la de quien quiso amar y nunca pudo o quizá su propia alma.        


jueves, 22 de noviembre de 2012

José Saramago


Las palabras son nuevas
Las palabras son nuevas; nacen cuando
al aire las lanzamos en cristales
de suaves o duras resonancias.
Somos igual que los dioses, inventando
desde la soledad del mundo estas señales
como puentes que abrazan las distancias.
José Saramago
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Pues el tiempo no para
Pues el tiempo no para, nada importa
que los días vividos aproximen
el vaso de agua amarga colocado
donde la sed de vida se exaspera.
No contemos los días que pasaron:
fue hoy cuado nacimos. Solo ahora
la vida comenzó, y, lejos aún,
la muerte ha de cansarse en nuestra espera.
José Saramago

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Nunca había leído un poema de Saramago. Dejo aquí estos dos como muestra de su profundidad y filosofía. El valor de la palabra en el primero y un consejo optimista para sobrellevar el paso del tiempo, en el segundo.
Saramago es un escritor conocidísimo como dramaturgo y novelista y menos como poeta. Nació en Portugal en 1922 y murió en Las Palmas en el 2010.
Premio Nobel de Literaturaen 1998, entre sus obras podemos citar las siguientes novelas: Memorial del convento, El año de la muerte de Ricardo Reis, La balsa de Piedra, Historia del cerco de Lisboa, El Evangelio segúnJesucristo, Ensayo sobre la ceguera, El hombre duplicado, Ensayo sobre la lucided, Las intermitencias de la muerte…
Me fui enamorando de él como escritor a través de “Memorial del convento”, “La balsa de Piedra”, “El evangelio según Jesucristo”. Me termió de seducir en “Ensayo sobre la ceguera”. Esperando la misma seducción leí después dos obras más: “La Caverna” y “El hombre duplicado”. Ninguna de ella produjo el efecto esperado y sufrí una cierta decepción.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Rafael de León



 (Sevilla, 1908 – Madrid, 1982)




Escritor y poeta perteneciente a la “Generación del 27”. Es autor de innumerables letras para la copla. Más de cinco mil tiene registradas formando trío con Manuel Quiroga y Antono Quintero.
Entre sus libros de poesías, podemos citar “Pena y alegría en el amor”, “Jardín de papel” y “Amor de cuando en cuando”.
………






Romance de los ojos verdes

-¿De dónde vienes tan tarde?
¡Dime, di! ¿De dónde vienes?
-Vengo de ver unos ojos
verdes como el trigo verde.
El sueño juega y se esconde
en la plaza de mi frente;
cabalgo por las ojeras
de unos ojos en relieve.
El cuarto se va llenando
de mar, de barcos y peces,
acuarium improvisado
sobre el barniz de los muebles,
mientras que la media luna
de junio roja y solemne
se suicida sobre el filo
de la mañana que viene.
-¿De dónde vienes cantando?
¡Dime, di! ¿De dónde vienes?
-Vengo de ver unos ojos
verdes como el limón verde.
Por el río de la siesta
pasa un pregón hecho nieve
persianas atravesando:
Chumbos frescos, ¿quién los quiere?
La sábana de la cama
en silencio se defiende
amortajando suspiros
bajo la cal de sus pliegues
contra dos cuerpos desnudos
que su blancura oscurece;
muslos de trigo en mis muslos
brazos delgados y ardientes
que como ríos morenos
iluminados de fiebre
se precipitan sin pulso
por la llanura del vientre
en una lucha romana
de mirtos y de laureles.
-¿Dónde naciste? -En Tarifa,
¿Y tú? -En Sevilla.
Mis sienes
están preñadas de olivos
como tus ojos de verdes.
El silencio apuñalado
vuelve a sembrar las paredes
y un sueño de torres altas
y de relojes ausentes
sobre la cama cansada
echa su capa de nieve.
-¿De dónde vienes borracho?
¡Dime, di! ¿De dónde vienes?
-Vengo... vengo de la viña
y el olivarito verde.
-¿Qué mala hierba pisaste,
quién te atravesó las sienes
con ese mal fario...? ¡Dime!
-Son las cosas de la suerte,
unos la encuentran de espaldas,
otros la encuentran de frente,
y yo me encontré a sus ojos
verdes como el trigo verde.
-¿Quieres que te haga una taza
de hierbabuena caliente?
-Quiero su voz, luna y plata
diciéndome que me quiere.
-¿Quieres que te ate un pañuelo
y te lo anude a la frente?
-Quiero sus brazos de trigo
y su cintura de aceite.
-¿Quieres que cante una nana
para ver si así te duermes?
-Quiero sentirme en el cuello
su aliento de flauta breve.
-Entonces... mi corazón,
dime, ¡por Dios! lo que quieres.
-Quiero sus ojos. Sus ojos
verdes como el trigo verde,
como el limón y la albahaca,
como el mar y los cipreses,
como las almendras nuevas,
el romero y los laureles...
Si no me traes sus ojos,
¡dile que venga la muerte!

Rafael de León
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Probablemente menos conocido que la copla del mismo título, este romance rotundo y preñado de metáforas extraordinarias, cuenta el delirio y la enajenación que unos ojos verdes han provocado en el protagonista. Ahí queda por si alguna duda cabría tener acerca de la caliad literaria del poeta.
  OJOS VERDES
                I
Apoyá en er quisio de la mansebía
miraba encenderse la noche de mayo;
pasaban los hombres y yo sonreía
hasta que a mi puerta paraste el caballo.
 «Serrana, ¿me das candela?»
Y yo te dije: «Gaché,
ven y tómala en mis labios
que yo fuego te daré».
Dejaste er caballo
y lumbre te di,
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa mí.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

                II
Vimos desde el cuarto despertar el día
y sonar el alba en la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía
y en mi boca un gusto de menta y canela.
«Serrana, para un vestío
yo te quiero regalá».
Yo te dije: «Estás cumplío,
no me tienes que dar na».
Subiste ar caballo,
te fuiste de mí
y nunca una noche
más bella de mayo
he vuelto a viví.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

Rafael de León

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Visto desde hoy, resulta muy curioso, ridículo y rancio cuanto se cuenta acerca de la censura con respecto a esta copla.
Parece ser que como la primera estrofa tiene lugar en un prostíbulo (mancebía), para burlar la censura sus interpretes hunbieron de modificar algunos versos. Algunas versiones decían: “Apoyá en la reja de mi casa un día”, en lugar del primer verso. Otra versión decía: “Apoyá en la trama de mi celosía...” Y hubo incluso intérpretes que cambiaron la primera estrofa entera.