Juan Calderón (Alburquerque, Badajoz, 1852)

Actor, pintor, director teatral, cantoautor, escritor y poeta.

Entre sus obras, “La noche en que murió Paca la tuerta”, “Veinte historias amables más un garbanzo negro”, “Ritos de la memoria” y “El destino nos ata y nos desta”-

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Lluvia

A veces con violencia, otras mansa,

el gua ve alisando

a la rugosa piedra.

Se hace redondo el jade entre los dedos

de una mano paciente.

Endereza su tronco el arbolito

aunque duela la guía.

Así los años

sobre la pìel nos rulan

con una decisión de modelaje,

queriendo suavizar

los gestos primigenios

y mullir un lugar en nuestras almas

en donde dar albergue

a ese conocimiento que nos llega.

Quiera Dios que no falte

el agua en nuestras piedras,

dedos que se deslicen

cuando seamos jade,

ni vara que señale el cielo

cuando tuerza el destino nuestra rama.

Ojalá el candelario

tenga la lluvia suficiente.

Juan Calderón

Matilde Camus (Santander, Cantabria, 1919 – 2012)

Investigadora, escritora y poeta.

Entre sus obras, “ Voces”, “Vuelo de estrellas”, “Templo del alba”, “Testigo de tu marcha”, “Cristales como enigmas” , “Ronda de azules” y “Vivir, soñar, sentir”.

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Yo soy de la montaña

Yo soy de la Montaña vertebrada

llena de húmedos pulsos de rocío,

de campos soñadores,

de arroyos cantarines y de ríos;

de casonas hidalgas

y de ruido de albarca en los caminos.

Yo soy de esta vestida tierra herbosa

donde el sol nos envuelve con cariño,

donde la bruma besa nuestros rostros

y las playas se aroman con sus pinos.

Soy de esas costas, duras y  norteñas,

donde se encrespa el mar embravecido,

donde hay temblor de algas

bajo espumas de armiño.

Yo soy de la ladera más hermosa

de nuestro litoral santanderino.

Aquí la primavera es voz mojada

rompiéndose en fulgores y estallidos.

Matilde camus

Daniel Bernal Suárez (1984)

Ensayista , crítico literario, escritor y poeta canario. Es Coordinador del ciclo de Cartografía Poética de Santa Cruz de Tenerife.

Entre sus obras, “Escolio con fuselaje estival”, “Corporeidad”, “Odiana” y “El tiempo de los lémures”.4

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Cinco poemas de Odiana

1

Escucho mi morada en círculos. Pájaro radiante, ausculta la inminencia, palpa el presente y su figitiva encarnación oleosa. Bate el ala sobre mí, reivindica el tiempo de la aorta. Escucho. Escuchas los círculos construyendo la liviana arquitectura de tu temblor.

2

Han sido los ojos fragmentados del tiempo: en ellos cuaja la reverberación de un segundo convertido en amapola. Convoco sus pupilas, ritual extraño de celebración: me adentro una vez más en la tierra, ojos terrestres que danzan al sol. A la deriva, vastos planetas que atraen giratorios a sus ámbitos, sus iris comentan el estío intacto, escrito en mi vértigo visual al vaivén de mis latidos.

3

Silba en la playa el viento. Hacemos en la rena una metáfora del agua.

En el mar los cuerpos vibran y otorgan fluidez al movimiento: barcas que navegan al son de los crepúsculos.

La noche congela la luna en rededor: su imagen fija quema nuestras espaldas.

El instante llega y convulsiona: esta es la primera noche del eclipse.

Silva en el agua el viento. Hacemos en la arena una metáfora del cuerpo.

4

Bramidos de las páginas: veo insectos nadar alrededor de la visión. Incompletos los astros y la frialdad de las alas. Todo el mecanismo sucumbe a un frenesí de uvas: el insecto es una vocal en la página del bosque.

Puedo ser la sombra y puedo ser el río. Insecto en la cornisa del limbo, próximo al labio verde y líquido del hervor.

5

Aligera la formación del cuenco: miro cómo una llama se vierte y me incendia gradualmente. Asisto a mi ignición y tú eres el hábito aéreo dende yazgo en medio de la noche.

Daniel Bernal Suárez