Antonin Artaud (Marsella, 1896 -
Ivry-sur-Seine, 1948)
Poeta surrealista, amigo de
André Bretón.
Desde pequeño supo de
reclusiones en sanatorios mentales y de innumerables electroshoks como
terapias.
Interesado por la cultura
solar, convivió con los indios Tarahumaras en México.
Adicto a las drogas y enfermo
de cáncer, llegó a la muerte por sobredosis.
“El ombligo de los mundos” es
su sobresaliente obra poética.
Junto a mí, el dios-perro
Junto a mí, el dios-perro, y su
lengua
atravesando como una flecha la
costra
del doble cráneo abovedado
de la tierra que lo escuece.
He aquí el triángulo de agua
caminando con su paso de
chinche,
pero que bajo la chinche
ardiente
se da vuelta como un cuchillo.
Bajo los senos de la tierra
odiosa
la perra-dios se ha retirado,
senos de tierra y de agua helada
que hacen pudrir su lengua
hueca.
He aquí la virgen-del-martillo,
para moler los sótanos de
tierra
cuyo horrible nivel el cráneo
del perro estelar siente subir.
Antonin Artaud
Poeta negro
Poeta negro, un seno de
doncella
te obsesiona
poeta amargo, la vida bulle
y la ciudad arde,
y el cielo se resuelve en
lluvia,
y tu pluma araña el corazón de
la vida.
Selva, selva, hormiguean ojos
en los pináculos multiplicados;
cabellera de tormenta, los
poetas
montan sobre caballos, perros.
Los ojos se enfurecen, las
lenguas giran
el cielo afluye a las narices
como azul leche nutricia;
estoy pendiente de vuestras
bocas
mujeres, duros corazones de
vinagre.
Antonin Artaud
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La oscuridad como condición del
poeta. Ausencia de color en la depresión
y en la buscada marginalidad.
Obsesión por la mujer con el
plus de la virginidad (doncella).
La vanguardia y el surrealismo
en la imagen de los poetas que tienen como montura los caballos, perros.
Noche
Los mostradores del cinc pasan
por las cloacas,
la lluvia vuelve a ascender
hasta la luna;
en la avenida una ventana
nos revela una mujer desnuda.
En los odres de las sábanas
hinchadas
en los que respira la noche
entera
el poeta siente que sus
cabellos
crecen y se multiplican.
El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos
extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza
profunda.
Poeta, lo que te preocupa
nada tiene que ver con la luna;
la lluvia es fresca,
el vientre está bien.
Mira como se llenan los vasos
en los mostradores de la tierra
la vida está vacía,
la cabeza está lejos.
En alguna parte un poeta
piensa.
No tenemos necesidad de la
luna,
la cabeza es grande,
el mundo está atestado.
En cada aposento
el mundo tiembla,
la vida engendra algo
que asciende hacia los techos.
Un mazo de cartas flota en el
aire
alrededor de los vasos;
humo de vinos, humo de vasos
y de las pipas de la tarde.
En el ángulo oblicuo de los
techos
de todos los aposentos que
tiemblan
se acumulan los humos marinos
de los sueños mal construidos.
Porque aquí se cuestiona la
Vida
y el vientre del pensamiento;
las botellas chocan los cráneos
de la asamblea aérea.
El Verbo brota del sueño
como una flor o como un vaso
lleno de formas y de humos.
El vaso y el vientre chocan:
la vida es clara
en los cráneos vitrificados.
El areópago ardiente de los
poetas
se congrega alrededor del
tapete verde,
el vacío gira.
La vida pasa por el pensamiento
del poeta melenudo.
Antonin Artaud
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Poema surrealista. Noche bohemia, mezcla de alcohol, filosofía,
sexo, inconformismo y lucidez, en imágenes imposibles.