lunes, 30 de diciembre de 2019


Juego literario con Bécquer de maestro

  
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Rima LIII

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala en sus cristales
jugando llamarán;

pero aquellos que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas…¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
De tu jardín las tapias a escalar,
Y otra vez en la tarde aún más hermosas,
Sus flores abrirán;

pero aquellas cuajadas de rocío
cuyos ojos mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día…
esas ¡no volverán!

Volverán del amor a tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
la razón de su profundo sueño
tal vez despertará;

pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…desengáñate,
¡así…no te querrán!

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Bécquer compone su poema en torno a tres temas: golondrinas, madreselvas y amor.
Dedica dos estrofas para cada tema. Total, 6 estrofas. 
Podemos dividir el poema en tres partes. Cada uno de ellos consta de dos estrofas: las dos primeras para las   golondrinas; 3ª y 4ª para las madreselvas y 5ª y para el amor.
La estrofa, la y la se oponen a sus respectivas parejas 1ª, 3ª y 5ª por medio de un “pero…”
Las seis estrofas están construidas de idéntico modo: 4 versos cada estrofa. Los tres primeros, endecasílabos (11 sílabas) y el cuarto heptasílabo (de siete).
En cada estrofa riman en asonante el segundo verso con el cuarto y para la rima utiliza un infinitivo, menos en la última que utiliza un nombre (colgar, contemplar, escalar, temblar, sonar  y altar) y la tercera persona del plural de un verbo en infinitivo, menos en la 5ª que utiliza la tercera del singular (llamarán, volverán, abrirán, volverán, despertará y querrán).
Fácil ¿no? En realidad, no es un modo de rimar que podamos considerar excelente, más bien es pobre. Ya apuntamos que Bécquer no cuida demasiado la forma, le interesan más los sentimientos que las palabras. Pero, claro, esto es fácil de analizar a posteriori. La elegancia y el aroma poético que el poema transmite es muy difícil de igualar y ahí ha quedado, inolvidable y aprendido a fuerza de ser repetido (como las golondrinas “aprendieron” el nombre de los amantes) por millones de personas.
El esquema de estas estrofas no es pues difícil. Lo difícil es inventarlo, ser el creador del molde. Bien, el molde lo tenemos ¿Jugamos literariamente a imitar a Bécquer? ¿Qué os parece intentar dos estrofas, con el esquema, con el molde que seguro él nos presta encantado?

Primera estrofa:                 11 –
                                             11 A
                                             11 –
                                              7 a
Segunda estrofa:  pero…   11 –
                                             11 A
                                             11 –
                                              7 a

Aunque puede servir cualquier otro tema ¿qué tal si lo intentamos por ejemplo con el tema del amor eterno, más allá de la muerte o antes de todo? Imitando a Bécquer, podemos utilizar también un futuro para empezar la primera y el consabido “pero” para empezar la segunda y contraponerla. Y  podemos utilizar un infinitivo y un futuro para conseguir la rima.
Esquema:
Morirán……………………  11 -
………………….infinitivo)  11 A
………………………………11 –
……….(futuro) 7 a.

Pero………………………....11 –
…………………(infinitivo)  11 A
……………………………….11 –
………..(futuro) 7 a.

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martes, 24 de diciembre de 2019


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Carmen Ruiz Fleta (Zaragoza, 1978)

Periodista y poeta.
Ha trabajado como presentadora o redactora en Onda Cero, Heraldo de Aragón, Telecinco, Zaragoza Televisión. Actualmente es Jefe de Servicios Informativos de Aragón  Radio y Aragón Televisión.

Entre sus obras, “Música para perros”, “Cinco días en agosto”, “Mapas y disfraces” y “Diario de un viaje al Chuí, La impostora”.


14

Hace unos días que no creo en las películas,
en el mutuo entendimiento de ojos.
Hace unas noches que sólo sueño con párpados ardientes
que supuran rocío negro.
Se me ocurre preguntarle a la espalda que duerme junto a la mía
si alguna vez se quebró de amor,
si se hernió de costumbres,
si alguna vez soñó con párpados al borde del suicidio.
Pero pocas veces encuentro algo más que silencio.
Eres un ovillo de pan caliente
al que pregunto confundida,
sedienta de palabras que nunca me dirás,
que ni siquiera conoces.
Estúpida vuelta de tuerca,
cabeza aprisionada de deseos,
perfecta sonrisa.
Mírame bien,
¿no ves que estoy llorando?

Carmen Ruiz Fleta

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Nos dejamos seducir

Nos dejamos seducir por el orgullo.
Somos seres atormentados
que nos dejamos seducir por el orgullo
de la distancia y las palabras mordidas al tiempo;
que nos saciamos demasiado pronto de cuerpos vacíos,
que nos vacían a la par que los años.
Las mujeres queremos acunar el tiempo
a nuestro ritmo y alimentarlo en la proporción exacta
de sueños y razones.
Las mujeres morimos
asfixiadas por los dedos de palabras
que  nunca dijimos,
por miedo
o por orgullo.
A las mujeres nos asoma el deseo por los ojos
y nos suicidamos constantemente.
Nos matamos solas,
o nos matan a golpes.
No nos cuesta amar lo que duele,
y si duele seguimos amando.
Somos guardianas de paraísos propios y secretos,
de lágrimas que nos corren el rímel
y nos hacen feas a la vista de los hombres.
Por eso muchas veces las mujeres
preferimos lucir bellas
y pudrirnos por dentro.

Carmen Ruiz Fleta

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jueves, 19 de diciembre de 2019


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Josefina de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1907 – 2002)

Actriz, cantante, escritora y poeta.
Entre sus obras, “Poemas de la isa”, “Marzo incompleto” y “medida del tiempo”.




Todos los días

Todos los días
llama a mi puerta el desconsuelo…
Estoy vacía y su eco resuena
por todos os rincones de mi vida.
Se estremece mi sangre
que es un hilo de hielo
al faltarme el calor de tu presencia.
No comprendo el idioma del paisaje;
qué quiere decir “sol”,
“cielo azul”,
“aire”.
No comprendo mi ritmo,
ni mi esencia,
ni por qué sigo andando,
respirando,
contemplando a la gente,
a los perros que pasan,
a los pájaros
que mi balcón visitan diariamente.
Ni por qué la mirada,
mis ojos,
abarcan el entorno que me envuelve.
Ya no comprendo nada.
El mundo se me ha vuelto
un compañero extraño
que camina a mi lado
y no conozco.
¿Qué quiere decir “vida”?
Ya no encentro
aquel sabor que el tiempo me dejara.
Las palmas de mis manos
se cierran sin calor,
desconsoladas.
Que eran tuyos tu casa y tu paisaje;
que está en ellos la huella de tus pasos,
el hueco de tu cuerpo…
Y está la casa llena
de tu recuerdo…

Josefina de la Torre

sábado, 14 de diciembre de 2019


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Marcos Zapata Mañas (Ainzón, Zaragoza, 1842 – Madrid, 1914)

Dramaturgo, narrador y poeta.


Entre sus obras, ‘La abadía del Rosario’, ‘El anillo de hierro’, ‘Covadonga’, ‘La capilla de Lanbuza’ y ‘El castillo de Simancas’.




Ladrar a la luna

¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos
que le ladren los perros de la tierra?

Si alguien aspira a derribarte, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos, 
no tan pronto se abate por los suelos
el Escorial que tu talento encierra.

¿Que no cede el ataque ni un minuto?
¿Que a todo trance busca tu fracaso’
¿Que te cansa el luchar? ¡No lo disputo!

Mas oye, amigo, este refrán de paso:
¡Se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?


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