jueves, 27 de agosto de 2020

 Carlos Clementson (Córdoba, 1944)

Licenciado en Filología Románica, pintor profesor, crítico de arte, articulsta y poeta.

Entre sus obras, “Canto de la afirmación”, “Los argonautas”, “Del mar y otros caminos”, “Los templos serenos” y “La selva oscura”

La palabra es mágica: Carlos Clementson. Las olas y los años

He bajado del desván del olvido

He bajado del desván del olvido

el viejo Quijote del abuelo, 

aquel que me leía mi padre

cuando me derrotaba, entre las sábanas el sueño.

De sus hojas amarillas

carcomidas por el tiempo

me ha llegado su aroma centenaria

henchida de recuerdos.

Quijote del camino,

déjame ser tu escudero:

para sentir la escarcha de la noche,

el murmullo del viento,

y esas hojas secas que acarician

el sendero polvoriento.

Quiero sentir tus hazañas,

quiero empaparme de tus sueños,

quiero si la aurora nos deja

susurrarle al silencio

¡que la Paz es la locura

de los que nos sentimos cuerdos!

Texto | Adaptación de "El Quijote" a Lectura Fácil

Imágenes: https://www.google.com/

sábado, 22 de agosto de 2020

 Luciano Gracia (Cuarte de Huerva, 1917 – Zaragoza – 1986)

Tipógrafo de profesión, fue un poeta aragonés, perteneciente a la llamada Generación poética aragonesa del 65.

Entre sus obras: ‘Como una profecía’, ‘Vértice de la sangre’, Creciendo en soledad’ y ‘Cuando la luz asoma’.

 

Cada verso...

Cada verso que vivo

es la herida de España que me duele

y me enciende la sangre.

 

Un cambiarme la piel por la palabra

que me nace desnuda

y se abraza a la tierra.

 

Cada verso que vivo

es la lluvia que me turba y estremece

los glóbulos más rojos.

 

Un pedazo de lengua que se pudre

en su amargo poema.

 

Cada verso que vivo

es un himno a la vida

y un respeto a la muerte.

LUCIANO GRACIA EN SU CENTENARIO | Javier Barreiro

Imagen:https://www.google.com/

domingo, 16 de agosto de 2020

Primo Levi (Turín, Italia, 1919 – 1987)

Científico, ensayista, escritor y poeta. De origen judío sefardí, fue un superviviente del holocausto en el campo de concentración de Auschwtz.

Entre sus obras, “Si esto es un hombre”, “La tregua”, “El sistema periódico”, “Si no ahora, ¿cuándo?.”

Se quitó la vida arrojándose por el hueco de la escalera de su casa.

 Libros de Primo Levi. Biografía y bibliografía - txalaparta.eus

Si esto es un hombre

 

Los que vivís seguros

en vuestras casas caldeadas,

los que os encontráis al volver por la tarde

la comida caliente y los rostros amigos,

considerad si es un hombre

quien trabaja en el fango,

quien no conoce la paz,

quien lucha por la mitad de un panecillo,

quien muere por un sí o por un no.

Considerad si es una mujer

quien no tiene cabellos ni nombre

ni fuerzas para recordarlo,

vacía la mirada y frío el regazo

como una rama invernal.

Pensad que esto ha sucedido,

os encomiendo estas palabras,

grabadlas en vuestros corazones,

al estar en casa, al ir por la calle,

al acostaros, al levantaros;

repetídselas a vuestros hijos;

o que vuestra casa se derrumbe,

la enfermedad os imposibilite,

vuestros descendientes os vuelvan el rostro.

(Traducción de Pilar Gómez Belate)

La trilogía donde Primo Levi testimonió el horror de Auschwitz ...

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martes, 11 de agosto de 2020

 Al temor

 

Deja vivir, Temor, a mi esperanza,

que apenas nace cuando apenas muere;

y si no ha de lograr, deja que espere,

ya que está el bien del mal en la tardanza.

 

No tengo en sus promesas confianza,

mas le agradezco que adularme quiere;

no estorbes que me  engañe si pudiere,

fingiendo que en mi mal habrá mudanza.

 

Si esperar la esperanza me entretiene,

deja tan corto alivio a mi tormento

que por lisonja el gusto lo previene.

 

No me niegues, Temor, tan corto aliento,

ya sé que el concederte me conviene,

que es seguir la esperanza asir el viento.

 

 

Catalina Clara Ramírez de Guzmán


Catalina Clara Ramírez de Guzmán - Nombres de mujer

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jueves, 6 de agosto de 2020

Las casas


Un albañil, entonces, se adelantó y dijo: Háblanos de las Casas.

Y él respondió, diciendo:

Levantad con vuestra imaginación una enramada en el bosque antes que una casa dentro de las murallas de la ciudad.

Porque, así como tendréis huéspedes en vuestro crepúsculo, así el peregrino en vosotros tenderá siempre, hacia la distancia y la soledad.

Vuestra casa es vuestro cuerpo grande.

Crece en el sol y duerme en la quietud de la noche, y sueña.

¿No es cierto que sueña? ¿Y que, al soñar, deja la ciudad por el bosque o la colina?

¡Cómo pudiera juntar vuestras casas en mi mano y, como un sembrador, esparcirlas por el bosque y la pradera!

Los valles serían vuestras calles y los senderos verdes las alamedas y os buscaríais el uno al otro a través de los viñedos, para volver con la fragancia de la tierra en las vestiduras.

Pero todo eso no puede ser aún.

En su miedo, vuestros antecesores os pusieron demasiado juntos. Y ese miedo durará aún un poco. Por un tiempo aún los muros de vuestra ciudad separarán vuestro corazón de vuestros campos.

Y, decidme, pueblo de Orfalese, ¿qué tenéis en esas casas? ¿Y qué guardáis con puertas y candados?

¿Tenéis paz, el quieto empuje que revela vuestro poder? ¿Tenéis remembranzas, los arcos lucientes que unen las cumbres del espíritu?

¿Tenéis belleza que guía el corazón desde las casas de madera y piedra hechas, hasta la montaña sagrada?

Decidme, ¿las tenéis en vuestras casas?

¿O tenéis solamente comodidad y el ansia de comodidad, esa cosa furtiva que entra a una casa como un huésped y luego se convierte en dueño y después en amo y señor?

¡Ay! y termina siendo un domador y, con látigo y garfio juega con vuestros mayores deseos.

Aunque sus manos sean sedosas, su corazón es férreo. Arrulla vuestro sueño solamente para colocarse al lado de vuestro lecho y escarnecer la dignidad del cuerpo.

Hace mofa de vuestros sentidos y los echa en el cardal como frágiles vasos.

En verdad os digo que el ansia de comodidad mata la pasión del alma y luego camina haciendo muecas en el funeral. Pero vosotros, criaturas del espacio, vosotros, inquietos en la quietud, no seréis atrapados o domados.

Vuestra casa no será un ancla, sino un mástil.

No será la cinta brillante que cubre una herida, sino el párpado que protege el ojo.

No plegaréis vuestras alas para poder pasar por sus puertas, ni agacharéis la cabeza para que no toque su techo, ni temeréis respirar por miedo a que sus paredes se rajen o derrumben.

No viviréis en tumbas hechas por los muertos para los vivos y, aunque magnificente y esplendorosa, vuestra casa no se adueñará de vuestro secreto, ni encerrará vuestro anhelo.

Porque lo que en vosotros es ilimitado habita en la mansión del cielo, cuya puerta es la niebla de la mañana ,y cuyas ventanas con las canciones y los silencios de la noche.

 

Ahlil Gibran

Gibran National Committee - Museum

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