viernes, 30 de abril de 2021

Jean Baptiste Elizamburu (País Vasco Norte, 1828 – 1891)

Militar, político de izquierdas y poeta.

Escribió muchas canciones de carácter popular y se le considera como autor de otras que aparecen como anónimas.

Saludo a mi aldea

A lo lejos vislumbro, vislumbro la montaña,

en ella está mi aldea; Y oigo. ¡qué gran placer!

el dulce suspiro de la amada campana.

Campana. ¿qué es lo que me cuentas?

¿Cuál es la noticia que lanzas a la lejanía?

Las montañas te responden tras las nubes

haciendo llegar tu mensaje hasta el cielo.

El trabajador del campo, el pastor de la montaña,

la muchacha que va camino de la fuente,

al oír, campana, tu clara voz,

elevan una oración a la Madre celestial.

 

También yo rezo a la Virgen María,

guía de los hombres perdidos en la montaña

para que por favor me conceda la gracia

de hallar hoy a mi pueblo en paz.

 

He dejado lejos atrás las montañas,

veo ya cerca mi aldea.

¿Qué te sucede, corazón, para que te agites así?

¿Vas a fallarme al llegar a la meta?

 

¡Salud, aldea mía! ¡Salud, rincón donde nací!

¡Salud, lugar amado de mi infancia!

Porque Dios oyó el grito de un niño

llega a ti hoy un hijo tuyo.

Sendero que alejándote de la ruta

desciendes rectamente por el flanco

monte abajo cual una cinta,

llévame cuanto antes ante los míos.

 

Roble a la vera del camino, ¡en mi infancia,

al volver a casa de la misa dominical,

cuántas veces me senté junto a mi madre

a la sombra de tus gruesas ramas!

 

Blanco espino del fondo de la huerta,

que sigues guardando el rincón de mi infancia,

¿por qué no puedo como tú, simple ramilla,

pasar mis días en la tierra que me vio nacer?

 

Mas una lágrima asoma a mis ojos.

Mi corazón desborda de alegría;

ya oigo la voz de los de casa.

¡Te doy las gracias, Dios mío!

 

De nuevo invade mi corazón la pena,

aquella que cada uno siente al alejarse de su país;

campana que diste mi primera hora,

ojalá seas tú la que da la última.

 

Jean Baptiste Elizamburu

Traducción de Koldo Izaguirre

Imagen:https://www.google.com/

sábado, 24 de abril de 2021

Emilio Gastón (Zaragoza, 1935 – 2018)

Fue un abogado y poeta. Fue fundador del periódico Andalán junto con el poeta y cantante José Antonio Labordeta. Entre sus poemarios: ‘El hombre amigo Mundo’, ¡Musas enloquecidas’, ‘El despertar del nombre selva’, ‘Manifiestos’ y ‘Acracia feliz’.


Diario Onírico

 

Estoy en otro mundo de mi calle,

En una fantasía de ciudad,

ninguna casa, ocho de la mañana.

 

He despertado de unos sueños barbudos

alucinantes, vagos de mí mismo.

Intemporales, y mutantes, muy atractivos, eso sí.

 

En el colegio de Abogados mantienen reuniones.

Me introduzco con toda normalidad por las jurídicas estancias

por corredores y pasillos

de compañeros salutantes...

y lo constato: debo ser importante.

 

Un alto miembro de Junta de Gobierno

para el coloquio indefinido

de la razón de ‘la razón o la justicia’.

 

Se pasaba mi tuno de intervención y finaba mi plazo.

Pero mi amigo cojo me animaba restándole importancia

a mi quebrantamiento de los tiempos

sencilla falta formalista era, según me dijo.

 

Un juez benevolente sonreía;

los pájaros pasaban por los cristales de los miradores

yo asumía, con sorna, mis despistes, como una distracción connatural.

La institución seguía funcionando.

 

El mundo continúa irresponsable...

y yo preparo mi jubilación.

 

Y la justicia –no sé dónde ni adónde-

llaga tarde.

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domingo, 18 de abril de 2021

Jim Morrison (Melburne, Florida, 1943 – 1071)

Escritor y poeta, influenciado por los llamados ‘escritores malditos’.

Abandonó la universidad para formar una banda de rock, llamada ‘The Doors’. Adicto al alcohol fue protagonista de múltiples provocaciones, escándalos y detenciones. Fue encontrado muerto en París, al parecer por un ataque cardiaco provocado por una sobredosis.

Estar solo

y ver el alba

Eso podría crear

una tonta canción

sobre una chica

que conocí.

Era la estrella

de un show de cuarta.

Ella no era yo.

Ella no eras tú.

Créeme tú,

ella sabía qué hacer

y dijo a un hombre

ya fuera de quicio

‘Oye, rompecorazones;

el clima va a cambiar’-

Entonces

qué se supone

que debo hacer

quedarme sentado solo

y mascarme el zapato.

Necesito un amor

no mejor que ella

ni peor tampoco

y ningún lamento.

Si pudieras saciarme

a través de  mi teléfono

sería un infeliz,

más triste, más sabio..

Sólo eso será.

Respecto a aquello

yo era el ratón

que al gato atrapó.

No pretendo

darte ningún punto

de vista.

Sólo trato de decírtelo

a ti, estoy solo.

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domingo, 11 de abril de 2021

María Nieto de Aragón (Madrid, 1620?)

 

Poetisa

.

A doña Isabel de Borbón

 

Cede al sueño fatal, la que divina

ostentaba hermosura, cuando humana

a la inferior porción tan soberana,

que anduvo en sus dos mundos peregrina.

 

Hoy luciente farol la determina

el hilo que cortó Parca temprana,

disponiendo el ocaso en la mañana,

de rayos suspensión, mas no ruina.

 

Debe a la muerte el luminoso imperio,

y a gozarle inmortal pisando estrellas,

hoy traslada su luz, que no la oprime.

 

Y cual sol que se opone al hemisferio,

sólo riega los ojos luces bellas,

porque a la noche su deidad imprime.


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lunes, 5 de abril de 2021

Los niños

Y una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió: Háblanos de los niños.

Y él dijo:

Vuestros hijos no son hijos vuestros.

Son los hijos y las hijas de la vida, deseosa de sí misma. Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros.

Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.

Porque ellos tienen sus propios pensamientos.

Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas.

Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños.

Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros.

Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer. Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante.

El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con Su poder para que Su flecha vaya veloz y lejana. Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue. Porque, así como Él ama la flecha que vuela, así ama también el arco, que es estable.

Ahlil Gibran

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