Si en el poyo más limpio o más pestífero
de tu cocina fresca y arómática
duermes por no escuchar la dulde plática
de este cautivo pobre lacayífero,
despierta de mi pena al son mortífero
Medea pucheril, Circe fregática,
pues eres la piscina y la probática
que me ha de dar remedio salutífero.
Vuelve los pernizarcos ojos rígidos
a este ojizambo amante en mil recámaras
el alma llena de héticas y tísicas.
Mira que de tener los pies tan frígidos
podrá, señora, ser que me den cámaras,
que para ti serán crueldades físicas.
Lope de Vega
imagen: museodelarte.blogspot.com la cocinera de Pieter Aertsen
Me gusta especialmente el juego de construir los adjetivos “pernizarcos” y “ojizambo”cruzando las cualidades:
Zarcos se dice de los ojos (ojos azules.)
Zambo se dice de las piernas (el que tiene las rodillas juntas y las piernas haca afuera.)
El yo poético describe los ojos de esa amante que anda entre fogones, diciendo que son pernizarcos y a sí mismo como ojizambo.
No menos divertidos son los nombres con los que a ella se dirige: “Medea pucheril” y
“Circe fregática”.
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