Cruz Salmerón Acosta (Guarataro, Venezuela, 1892 – 1929)
Sufrió desde la más temprana juventud la enfermedad llamada mal de Hansen (lepra), por lo que se refugió en Manicuare, un pueblecito en la costa de la península de Araya. Su enfermedad le impedía escribir físicamente, por lo que tenía que dictar sus poemas, postrado en la cama.
Es conocido como “el poeta del martirio”. Sus poemas reflejan la angustia y el dolor por sus limitaciones físicas. Desde su casa podía ver el azul del mar y el azul del cielo, color que en muchos de sus poemas toma protagonismo, con significados cargados de melancolía.
MIRÁNDONOS
Entre tus ojos de esmeraldas vivas
te miro el alma, de ilusiones llena,
como entre dos cisternas pensativas
se ve del cielo la extensión serena.
te miro el alma, de ilusiones llena,
como entre dos cisternas pensativas
se ve del cielo la extensión serena.
El colibrí de tu mirada riela
sobre el agua enturbiada de mis ojos,
y de tus célicas mejillas vuela
un crepúsculo rosa de sonrojos.
sobre el agua enturbiada de mis ojos,
y de tus célicas mejillas vuela
un crepúsculo rosa de sonrojos.
Hilo por hilo la ilusión devana
y urde sueños de fina filigrana
la araña de mi vaga fantasía.
y urde sueños de fina filigrana
la araña de mi vaga fantasía.
Porque cuando me miras y te miro
sale volando tu alma en un suspiro
y embriagada de amor cae en la mía.
sale volando tu alma en un suspiro
y embriagada de amor cae en la mía.
Cruz Salmerón Acosta
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