domingo, 26 de julio de 2020


 Ibn Jafaya (Valencia, 450 – Alzira, 533)

Estudioso de la religión, la gramática y la literatura, escritor y poeta.

He vuelto a Alzira

He vuelto a Alzira
entre el trueno que retumba en mi oído
y la lluvia que azota mis hombros,
como un ave paralizada por las aguas
cuyos polluelos están en el  nido, atormentados,
viendo cómo se derrumban los muros
bajo el peso continuo de las nubes.
El mar de la riada,
oleadas de barro;
el cielo, generoso en lágrimas;
los edificios, resquebrajados,
humillados como cautivos
ante el tirano.
Los edificios se venían abajo
inclinándose a tierra
como lo harían las comisiones
delante de los reyes.
Se diría que imitaban
a los fieles en oración.

Ibn Jafaya

Poemas, versos y rimas desde las taifas valencianas. – Valentia ...

martes, 21 de julio de 2020



Pedro Liñan de Riaza (¿?, 1556 – Madrid, 1607)

Parece que nació en Toledo, aunque también es posible que naciera en Calatayud. Fue un capitán de las Guardias Españolas y un poeta. Escribió, Sonetos Filosóficos, Sonetos satíricos, Glosas, Romances y otros.
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El cielo está confuso, la mar brama.

El cielo está confuso, la mar brama.
el aire cuaja el polvo en remolinos;
predomina el más fiero de los sinos,
 a tropos corta el mundo estambre y trama.

Perdían cada cual o tronco o rama,
chopos enanos y gigantes pinos;
temen ruina humanos y divinos,
el Caos a confusión segunda llama.

La máquina del orbe se disuelve;
¡Oh Calvario glorioso, oh en tu monte
el Autor de la vida en cruz expira!

¡Oh triunfante Señor, los ojos vuelve,
y pues tu muerte es paz, en medio ponte;
habla a los cielos y a los hombres mira.

Una muestra selectiva y representativa de los más reconocidos ...

jueves, 16 de julio de 2020


 Biografia de Empédocles de Agrigento
Empédocles (Agrigento, 495 – 435 a. C.)

Político y filósofo. Su teoría sobre las cuatro “raíces” fue recogida posteriormente por Aristóteles con el nombre de los cuatro “elementos”: agua, fuego, aire y tierra. Empédocles sostenía que la combinación en proporciones distintas daba origen a los distintos entes.


Una leyenda afirma que murió arrojándose al Etna, para tener una muerte digna de una divinidad, ya que se consideraba a sí mismo de origen divino.


Las purificaciones
(Fragmento)

Amigos, que en la gran urbe y a orillas del leonado Acragante moráis en lo alto de la villa, ocupados en nobles acciones para los extranjeros, abrigo hospitalario, ignorantes de la maldad, salve. Yo, un dios inmortal entre vosotros, que no mortal, voy y vengo, entre todos honrado al parecer, y ceñido con cintas y floridas coronas.
Por todos, cuando llego a las prósperas ciudades, me veo reverenciado. Y me siguen a millares, para tratar de averiguar, dónde se halla la senda del provecho; por consultar oráculos los unos; otros, contra los males de toda condición tratan de oír una respuesta que los cure, pues largo tiempo ya se hallan transidos por acerbos dolores.

(Tradución de Alberto Bernabé)

viernes, 10 de julio de 2020



Ni sé si muero ni si tengo vida;

“Ni sé si muero ni si tengo vida;
ni estoy en mí, ni fuera puedo hallarme;
ni en tanto olvido cuido de buscarme,
que estoy de pena y de dolor vestida”.

“Dame pesar el verme aborrecida,
y, si me quieren, doy en disgustarme;
ninguna cosa puede contentarme:
todo me enfada y deja desabrida”.

Leonor de la Cueva

Leonor de la Cueva y Silva | lclcarmen1bac

domingo, 5 de julio de 2020


La muerte

Almitra, entonces, habló, diciendo: Os preguntaríamos ahora sobre la Muerte.
Y él respondió:
Desearíais saber el secretó de la muerte.
¿Pero cómo lo encontraréis a menos de buscarlo en el corazón de la vida?
El mochuelo, cuyos ojos atados a la noche son ciegos en el día, no puede descubrir el misterio de la luz.
Si, en verdad, queréis contemplar el espíritu de la muerte, abrid de par en par vuestro corazón en el cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son una, así como el río y el mar son uno también.
En el arcano de vuestras esperanzas y deseos reposa vuestro conocimiento silencioso del más allá:
Y, como las semillas soñando bajo la nieve, vuestro corazón sueña con la primavera.
Confiad en los sueños, porque en ellos el camino a la eternidad está escondido.
Vuestro miedo a la muerte no es más que el temblor del pastor cuando está en pie ante el rey, cuya mano va a posarse sobre él como un honor.
¿No está, acaso, contento el pastor, bajo su miedo de llevar la marca del rey?
¿No lo hace eso, sin embargo, más consciente de su temblor?
Porque, ¿qué es morir sino erguirse desnudo?
Y, ¿qué es dejar de respirar, sino el liberar el aliento de sus inquietos vaivenes para que pueda elevarse y expandirse y, ya sin trabas, buscar a Dios?
Sólo cuando bebáis el río del silencio cantaréis de verdad. Y, cuando hayáis alcanzado la cima de la montaña es cuando comenzaréis a ascender.
Y, cuando la tierra reclame vuestros miembros, es cuando bailaréis de verdad.

Ahlil Gibrán

El secreto de la muerte por Khalil Gibran
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