El comer y el beber
Entonces, un viejo que tenía una posada dijo: Háblanos
del comer y del beber.
Y él respondió:
Ojalá pudierais vivir de la fragancia de la tierra y,
como planta del aire, ser alimentados por la luz.
Pero, ya que debéis matar para comer y robar al recién
nacido la leche de su madre para apagar vuestra sed, haced de ello un acto de
adoración.
Y haced que vuestra mesa sea un altar en el que lo puro y
lo inocente, el buque y la pradera sean sacrificados a aquello que es más puro
y aún inocente que el hombre.
Cuando matéis un animal, decidle en vuestro corazón:
"El mismo poder que te sacrifica, me sacrifica también; yo seré también
destruido.
La misma ley que te entrega en mis manos me entregará a
mí en manos más poderosas.
Tu sangre y mi sangre no son otra cosa que la savia que
alimenta el árbol del cielo."
Y, cuando mordáis una manzana, decidle en vuestro
corazón:
"Tus semillas vivirán en mi cuerpo.
Y los botones de tu mañana florecerán en mi corazón. Y tu
fragancia será mi aliento.
Y gozaremos juntos a través de todas las
estaciones."
Y, en el otoño, cuando reunáis las uvas de vuestras vides
para el lagar, decid en vuestro corazón:
"Yo soy también una vid y mi fruto será llevado al
lagar. Y, como vino nuevo será guardado en vasos eternos."
Y, en el invierno, cuando sorbáis el vino, que haya en
vuestro corazón un canto para cada copa.
Y que haya en ese canto un recuerdo para los días
otoñales y para la vid y para el lagar.
Ahlil Gibrán
Imagen:https://www.google.com/
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