Antonio Arnao (Murcia, 1828 – Madrid, 1889)
Fue miembro de la Real Academia de la Lengua. Escribió libretos de zarzuela y dramas históricos. Entre sus obras poéticas podemos citar “Himnos y quejas”, “Melancolías” y “Soñar despierto”.
La muerte del pajarillo
Calló su trino
ledo y sonoro:
su vista
inmóvil sin luz está:
ya no aletea
con plumas de oro
y a mi reclamo
no acude ya.
Al que en
alegre, fácil gorjeo,
tras mí venía
siempre veloz,
hoy en su
jaula rígido veo
sin que me
llame su amiga voz.
Lacias, del
hierro penden colgadas
con muda pena,
su muerte al ver,
las verdes
hojas, al valle hurtadas,
que le brindaron
sustento ayer.
En vaso limpio
vertió mi mano
agua de un
fresco, claro raudal;
y el agua
espera, y espera en vano,
bañar sus alas
con su cristal.
Aunque en
oriente raye la aurora
y el sol
derrame vivo fulgor,
no les saluda
su voz canora
con melodiosos
píos de amor.
Aunque mi diestra su cárcel abra,
y aunque le
excite libre a volar,
ni ya se cuida
de mi palabra,
ni ya en mis
hombros viene a posar.
¡Oh pajarillo!
¡Cuan honda pena
me oprime al
verte yaciendo así!
¡Qué
desconsuelo mi vida llena
desde el
instante que te perdí!
Crudos dolores
sufrió mi pecho,
la muerte he
visto sin aflicción:
mas con angustia y a mi despecho
hoy débil
llora mi corazón.
Y es que en
ti, acaso, yo no veía
Sólo de un ave
la realidad,
sino el amigo,
la compañía
que consolaba
mi soledad.
Dijo así un
rudo, viejo soldado,
que en cien
batallas sangre vertió:
y por su
rostro, ya demacrado,
lágrima acerba lenta rodó.
Antonio Arnao
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