Vicente Gallego
Me ha
sorprendido gratamente este poeta valenciano a quien no conocía.
Es un poeta
autodicacta, que ha experimentado muchos trabajos distintos, tales como podador
de pinos, bailarín, pesador de residuos tóxicos en un vertedero, repartidor de
paquetes...
Me ha gustado
especialmente este poema, en el que se establece la metáfora de la tristeza
como animal de compañía y sigue con un hermoso desarrollo poético:
.........
La llamada de la selva
Siempre fue la tristeza
un dócil animal de compañía
con el que yo he jugado algunas tardes.
Sin apretar los dientes me estiraba del brazo,
paseaba conmigo, se sentaba a mis pies
en los fríos inviernos.
En los días aciagos, por probar su obediencia,
le lanzaba mi alma, y ella me la traía
dulcemente empapada en su aliento doméstico.
Siempre fue la tristeza
un dócil animal de compañía,
que hace tiempo ha adoptado
esta fea costumbre de morder a su amo.
Siempre fue la tristeza
un dócil animal de compañía
con el que yo he jugado algunas tardes.
Sin apretar los dientes me estiraba del brazo,
paseaba conmigo, se sentaba a mis pies
en los fríos inviernos.
En los días aciagos, por probar su obediencia,
le lanzaba mi alma, y ella me la traía
dulcemente empapada en su aliento doméstico.
Siempre fue la tristeza
un dócil animal de compañía,
que hace tiempo ha adoptado
esta fea costumbre de morder a su amo.
Vicente Gallego
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