Una pequeña muestra del lenguaje musical, jitanjafórico,
glíglico… Esta vez lo deja caer en una pequeña dosis Gabriel García Márquez en
su obra cumbre “Cien años de soledad”.
Es ya muy avanzada la novela, en el tiempo en que aparecen
en casa de los Buendía los 17 Aurelianos al mismo tiempo y sin ponerse de
acuerdo, cuando Aureliano Segundo (otro Aureliano) bisnieto ya de José Arcadio
y Úrsula, fundadores de Macondo, se casa con Fernanda.
A Amaranta la tía-abuela de Aureliano Segundo, solterona
empedernida, le cae muy mal Fernanda desde el primer instante que la ve y en un
momento determinado tiene lugar la siguiente escena:
“Amaranta se sintió tan incómoda con su dicción viciosa, y
con su hábito de usar un eufemismo para designar cada cosa, que siempre hablaba
delante de ella en jerigonza.
-Esfetafa –decía- esfe defe lasfa quefe lesfe tifiefenenfe
asfacofo afa sufu profopiftiafa mifierfedafa.
Un día, irritada con la burla, Fernanda quiso saber qué era
lo que decía Amaranta, y ella no usó eufemismos para contestarle.
-Digo –dijo- que tú eres de las que confundes el culo con las
témporas.”
Imagen:https://www.google.com
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