miércoles, 31 de julio de 2019


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Pedro Manuel de Urrea (Épila, Zaragoza, 1485 – 15249


Prosista, dramaturgo y poeta.



Entre sus obras, ‘Cancionero’, ‘Peregrinación a Jerusalén, Roma y Santiago’, ‘Penitencia de amor’ y ‘Églogas dramáticas’.



No me castiguéis, marido

No me castiguéis, marido,
si en amores voy metida
porque no os quite la viuda,
sufriréis cuando veréis
mi placer y vuestro daño
si queréis cumplir el año,
si no no lo cumpliréis
y  nunca me maltratéis
si en amores voy metida
porque no os quite la vida.

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jueves, 25 de julio de 2019


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Reinaldo Arenas Fuentes (Aguas Claras, Cuba, 1943 - Nueva York, 1990)

Poeta, novelista y dramaturgo. Comprometido en la revolución castrista, poco después del triunfo revolucionario entiende que ha sobrevenido una nueva dictadura y destaca por su oposición al régimen. Pasa en Cuba años difíciles y se exilia a Estados Unidos.
Entre sus novelas podemos citar “Celestino antes del alba”, “El palacio de las blanquísimas mofetas”, “Otra vez el mar”, El portero” y “Viaje a la habana”.

Como cuentista, cabe destacar el volumen “Termina el desfile".
Como poeta citaremos “El central” y “La voluntad de vivir manifestándose”.

Reinaldo Arenas, decepcionado, enfermo y cansado de luchar escribió la siguiente nota el 7 de diciembre de 1990:
 “Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta años. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. (...) Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando.”
Después de escribir y firmar esta nota con la instrucción de ser publicada y enviada a todos sus amigos, preparó un combinado de alcohol y pastillas y lo bebió.

Poema Autoepitafio

Mal poeta enamorado de la luna,
no tuvo más fortuna que el espanto;
y fue suficiente pues como no era un santo
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sórdido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
-precisamente porque nos marchamos-.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
sólo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana;
pero siempre lo escoltó cierto estoicismo
que le ayudó a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.

Con gran naturalidad, sencillez y un punto de ironía, expone cuanto supuso la vida y la muerte para él. El sentido del humor tampoco le es ausente. Con él hace pública  su inclinación homosexual, en sus dos últimos versos.

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Poema Sonetos desde el Infierno

Todo lo que pudo ser, aunque haya sido,
jamás ha sido como fue soñado.
El dios de la miseria se ha encargado
de darle a la realidad otro sentido.
Otro sentido, nunca presentido,
cubre hasta el deseo realizado;
de modo que el placer aun disfrutado
jamás podrá igualar al inventado.
Cuando tu sueño se haya realizado
(difícil, muy difícil cometido)
no habrá la sensación de haber triunfado,
más bien queda en el cerebro fatigado
la oscura intuición de haber vivido
bajo perenne estafa sometido.

Curiosísmo soneto:
Está  presentado en una sola estrofa sin separación de cuartetos y tercetos. Todo él aparece rimado con sólo dos rimas (-ado- , -ido-). Los versos 6, 7, 8 y 9 aparecen todos rimados en -ado-. Sin embargo es ortodoxo con el cómputo en los perfectos endecasílabos.

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No Es El Muerto Quien Provoca El Estupor

No es el muerto quien provoca el estupor
es la sorpresa de ver cómo olvidamos
su propia muerte, nuestro gran dolor.
Queda el muerto, nosotros nos marchamos.

No es el muerto, no, quien se retira.
Somos nosotros que vamos discutiendo,
sobre el cadáver que mudo nos mira,
la posibilidad de seguir sobreviviendo.

Cuando en la memoria al muerto divisamos
(juegos del tiempo, macabro escanciador)
no es pues al muerto a quien estamos viendo:

Somos nosotros que tétricos quedamos
al ver cómo miramos sin horror
al que en el gran horror se va pudriendo.

Una reflexión que nunca antes se me había ocurrido. Después de meditarla, no puedo por menos que admitir que  es una gran reflexión y estoy de acuerdo con el poeta.


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miércoles, 17 de julio de 2019


Águilas del amor

¡Qué tienes tú que ver
con las aves en cruz de los brazos abiertos!
Águilas del amor que navegan espacios.
Los brazos poderosos como pájaros míticos,
que vuelan penitentes
(el vigor constructivo inquebrantable).
Fuertes, auxiliares.

Ved su cortante vuelo peregrino
por atmósferas rojas.
Hendiendo tempestades, rescatando
a niños paranoicos,
que se creyeron ángeles, subieron
(alas de remolino de una ilusión endeble coloreada)
a un cielo de oquedad, gimen vacío.

Y ya iban a caer
a un limbo de sarcasmo.
Sus caras tan redondas
de mejillas infladas,
como gráficos vientos de barrocas
cartografías azules.
¡Oh locos querubines de alas de papel rosa!
Los brazos voladores
¡con qué amor os detienen la caída!
Con qué amor os contienen: ya dormidos.

Qué digno es vuestro sueño, la ternura
de una gota de azar en vuestros párpados.
¿Volveréis a nacer?
¿Sonreís al infinito en vuestro sueño?

Los brazos surcadores, cósmicos, del amor
por los espacios.


Elena Andrés

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jueves, 11 de julio de 2019


Hagamos un trato

Compañera       -4 (sílabas)
usted sabe         -4      
puede contar     -5 
conmigo            -3
no hasta dos      -4 -5
o hasta diez       -4
sino contar        -5
conmigo            -3


si alguna vez 
advierte 
que la miro a los ojos 
y una veta de amor 
reconoce en los míos 
no alerte sus fusiles 
ni piense qué delirio 
a pesar de la veta 
o tal vez porque existe 
usted puede contar 
conmigo 

si otras veces 
me encuentra 
huraño sin motivo 
no piense qué flojera 
igual puede contar 
conmigo 

pero hagamos un trato 
yo quisiera contar 
con usted 

es tan lindo 
saber que usted existe 
uno se siente vivo 
y cuando digo esto 
quiero decir contar 
aunque sea hasta dos 
aunque sea hasta cinco 
no ya para que acuda 
presurosa en mi auxilio 
sino para saber 
a ciencia cierta 
que usted sabe que puede 
contar conmigo.


M. Benedetti

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çSólo quiero llamar la atención sobre la primera estrofa. ¿Bajo qué criterio está construida? He puesto al lado de cada verso el número de sílabas. ¿Esa polimetría de versos es arbitraria, no calculada?
Hagamos un verso de cada dos y nos quedará la siguiente estrofa:

Compañera usted sabe
puede contar conmigo
no hasta dos o hasta diez
sino contar conmigo.

Ha quedado constituída en heptasílabos perfectos. Él no ha querido (¿una pequeña rebeldía contra la “ortodoxia?). Es igual, habrá modificado la estructura, pero se conservó el ritmo y esto es lo que importa.

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sábado, 6 de julio de 2019


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Luis Nieto (Sicuani, Cusco, Perú, 1910 – Lima, 1997)


Crítico y poeta de la generación de 1840, interesado por los temas de la justicia social y la lucha de clases. Le gustaba ser llamado “El cholo Nieto”.

Entre sus obras, “Los poemas perversos”, “Puños en alto”, “Poemas de barricada y de combate” y “La canción herida”.


La noche y sus andrajos

Ya va a llegar la noche con su pena,
con su fantasma llovido sobre los ojos,
con su rosario de caídas
y su bandurria de aguas amargas.

Ya va a llegar la noche con su aullido,
y nosotros lo mismo,
lo mismo que la primera vez, mirándonos
la cicatriz aguda de los recuerdos,
palpando a escondidas nuestra miseria,
contando y volviendo a contar nuestras heridas.

Ya va a llegar la noche y sus palabras.
Ya va a llegar la noche y su amenaza.
Ya va a llegar el infortunio con su noche.

Y tú, madre
-sombra dolida que nos llegas al pecho-,
cada vez más ausente con tus miradas,
cavilando siempre ese destino negro
por donde va la lágrima, por donde niña,
se te fue también tu corazón con su madero encima.
Quisiéramos esta vez comenzar de nuevo
aquella historia derribada en la boca milagrosa de la abuela;
quisiéramos escuchar cómo las rejas
van cayendo como piedras, tan lentamente apenas
que dejan un eco doloroso en la pisada.
Pero la abuela ya no está.
Su voz anciana
Se apagó calladita en un rincón como una vela.

Luis Nieto

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Transitoria angustia

Estamos como la primera vez
que llegamos al mundo.
Estamos coronados de llanto,
transidos de suplicantes gestos,
llovidos de un lado para otro
de calcinantes torturas desplegadas.
Estamos como la torrentera de infortunios
Que nace del viejo corazón de las desdichas.

Digo al que pasa: -Dame tu modo de ser
sin molestarte. Dame tu paz, tu sosiego increíble,
ese modo indiferente de mirar las desgracias.

Dame algo, cualquier cosa
para este invierno de mis palabras rotas.
Y el hombre aquel mira
mi transeúnte manera de mirarlo.
Y no hace caso.

Quién pudiera dejar en el armario,
en una esquina, junto al mendigo ciego,
o a la orilla del miedo de ese perro que aúlla,
esta diaria conducta que nos desvela
y nos deja un amargo sabor de violentas cenizas.

No ser nada, pero nada.
Ni siquiera la huella olvidada de los senderos
ni la nostalgia de los adioses huérfanos
ni el cadáver, si quieren, de algún recuerdo muerto.

Nada. Ni siquiera, lo digo de una vez:
ese engendro de lágrima que se quedó sonámbula
en la cruz de blasfemias de mis desgracias.

Luis Nieto

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Amo las noches negras

Amo las noches negras sin luna y sin estrellas,
amos esas noches lúbricas con vino y con mujeres
donde se bebe largo y se habla solamente
del placer que florece en los viejos burdeles.
Amo esas noches trágicas porque son las mejores.
Nunca falta en el bar una lírica alondra,
algún músico ciego con su perro bohemio
ni la chica infeliz que acaricia y que roba.

En una noche de esas, satánicas y ardientes,
se olvida uno de todo: de miseria y de penas;
se bebe ansiosamente, y por último, al alba,
se naufraga en los brazos de cualquier Magdalena.
Son hermosas, yo digo, esas noches sombrías.
Siempre hay una María con dos ojos fatales,
un truhan insolente, un tahúr sinvergüenza,
y también, desde luego, la luz de unos puñales.
Cuando de pronto empiezan a llorar las guitarras
amargo llanto inunda las febriles miradas.
Para ahogar la tristeza, las mujeres ya ebrias
piden más vino y lanzan ruidosas carcajadas.

Son la mejores noches que uno tiene en la vida.
Se ama, se ríe y bebe; se canta y se blasfema;
se paga unas monedas por un beso cualquiera,
se gusta el vino negro de algún dolor que quema.

Nada más bello entonces que decir unos versos.
Se callan las guitarras. Cesa la risa loca.
Llega a todos la espina del poema perverso
y al terminar la estrofa se vacían las copas.

Y al volver la alegría no falta una Margot
que ahoga sus sollozos y permanece pálida…
Quizás qué de recuerdos le trajeron los versos
que no puede evitar le reviente una lágrima.

Por eso yo amo la noche sin estrellas
con mis amigos blasfemos y con mujeres ebrias,
con perros vagabundos y unas tremendas ansias
de ahogar en alcohol todas los horas negras.

Luis Nieto

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