El deseo
Noche
de insomnio negro.
Sobre un talud de cardos,
crispada me recuesto.
En cada pliegue blando
recóndito del lecho:
una espiral de miel,
un cuchillo de fuego.
Incrustado
a mi cuerpo
tentáculo feroz
y agresivo: el deseo.
Gritos broncos derriban
murallas de silencio.
Sofocante me absorbe
la boca que no tengo.
Mordaza de mi mutismo.
Pantera de mi desierto.
Hoguera de mi penumbra.
Abismo de mi tormento.
En un rojo
revuelo
de combates
sin freno, abierta,
desmembrada
me consumo y me pierdo.
En la noche demente,
resucitada muero:
con la boca quemada,
con los flancos ardiendo.
Lívida
madrugada
cortará el aire denso.
Y el rostro que persigo
morirá en el espejo.
María Martínez Abelló.
Imagen:https://www.google.com/
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