lunes, 27 de septiembre de 2021

Alberto Acerete (Zaragoza, 1987)

Librero, corrector, docente, escritor y poeta.

Entre sus obras, ‘Yo quiero bailar’ y ‘Nunca digas casa’.


Vida

Te niegas el contacto y sin embargo

lees y narras

tus pulmones y te arropas:

motivas que el mudo exista.

Dejas sonar el teléfono. Permaneces tumbado. Rechazas

la incompetencia libre pero eres siervo de ti mismo. Aún

consciente

de la maleabilidad, abandonas el colchón

por alimento. Cuando terminas de saciarte

y decides atender la llamada, alguien acusa

tu manipulación del idioma. Si no hablas más claro

no es porque desconozcas el código; es un

paralelismo reconstructor de tu sistema. Por eso cuelgas

la sociedad y asumes

que incluso el daño es una capitulación ajena

sobre tu noción de la vida.

Vuelves a la cama y a los libros. No sabes de qué,

pero te desdices. Es imprescindible

aceptar el amor como nos viene dado, por lo que la tarde,

prevenido el mundo,

milita innecesariamente. Agachas la cabeza.

Entonces te cubres los ojos. Bebes café. Y asumes

que eres

porque así

te habían decidido.


Castilla

 

Habría matado por llamarte

ahora

que mi padres han vuelto a gritar cuando entraba en casa

ahora

que no he respondido y he pensado

no voy a discutir porque os amo a pesar

de vuestro desprecio

Te habría llamado para que me repitieses

que como el amor

el honor y la intransigencia son un mar escarpado

contra el que se abocan

las generaciones

lo haría si no te imaginase con tu marido en la playa

te habrías sentido orgulloso de mí

me habrías respondido qué bien

y no habría necesitado recordarte

por ejemplo

cundo mi madre troceó mis fotos de carnet

y me retó a que las tirase a la basura

o cuando mi partida de bautismo

le sirvió para gritar

mi hijo era este

y no la mierda en la que te has convertido

no habría necesitado recordártelo porque

tú lo habrías hecho solo

¿recuerdas lo que te conté?

El otro día

apareció la misma partida de bautismo

y con ella el vocabulario repetido

entre los papeles de mi vida laboral

fue lo único que salvó mi padre

del destrozo

previo al cubo

te habría llamado

quiero llamarte

aún hoy

te llamaría siempre

pero he pensado que quizá nunca estuviste

que tampoco vas a estar

y que de marcar tu número no habría mañana

ojalá pudiese haberte oído

ojalá te hubiese escuchado decir

si bien no

que sientes orgullo

lo mismo que he pensado al rechazar la disputa

gracias

gracias

gracias por haberme dado la vida.

Imágenes:https://www.google.com/s

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