sábado, 13 de junio de 2020


Biografía y obras de Horacio Quiroga, el maestro de los cuentos.
Horacio Quiroga (Salto, Uruguay, 1878 – Buenos Aires, 1837)

Escritor, dramaturgo, cuentista y poeta. Por la temática de sus cuentos, se le ha comparado con Edgar Allan Poe.
Pasó por la grave experiencia del suicidio de su primera mujer y de matar él mismo accidentalmente a su mejor amigo. Cuando supo que padecía cáncer de próstata, tomó un vaso de cianuro y se suicidó.
Entre sus obras, “Cuentos de la selva”, “Cuentos de amor, locura y muerte”, “Historias de un amor turbio” y “Los arrecifes de coral.”

Noche de amor

Noche de amor. Bajo la sombra cómplice:
La ingenua tentación. En la arboleda
el motivo de vida va pecando
como un sueño de precoz histeria.
Hay quemantes sudores en las pieles:
Protestas en las curvas no labradas
y en tu pupila audaz francas ofertas.
La idealidad se tiñe de rubores
como un pálido lirio de vergüenzas:
En los lechos abiertos y manchados
se tiende la pasión. La noche arquea
su gran complicidad sobre la falta;
el lirio de tu sexo se doblega,
y señala tu carne temblorosa
el índice fatal de mis torpezas.
¡Oh la sed de mis labios, cuyos besos
recargan la intención que nos rodea!
¡Oh el carmín de tus labios, cuyo orgullo
palidece al fulgor de tus caderas!
Dame tu cuerpo. Mi perdón de macho
velará la extinción de tu pureza,
como un fauno potente y pensativo
sobre el derrumbe de una estatua griega.

Horacio Quiroga

Fauno - EcuRed

Tu agonía

La tarde se moría y en el viento
la seda de tu voz era un piano,
y la condescendencia de tu mano
era apenas un suave desaliento.

Y Tus dedos ungían un cristiano
perdón, en un sutil afilamiento;
la brisa suspiró, como en el cuento
de una melancolía de verano.

Con tu voz, en la verja de la quinta,
calló tu palidez de flor sucinta.
La tarde, ya muriendo, defluía

en tu sien un suavísimo violeta,
y sobre el lago de tu tersura quieta
los cisnes preludiaron tu agonía.

Horacio Quiroga

Un cisne acaba con la vida de un perro en un parque público de ...

El juglar triste

La campana toca a muerto
en las largas avenidas
y las largas venidas
despiertan cosas de muertos.

En los manzanos del huerto
penden nucas de suicidas,
y hay sangre de las heridas
de un perro que huye del huerto.

En el pabellón desierto
están las violas dormidas
¡Las violas están dormidas
en el pabellón desierto!

Y las violas doloridas
en el pabellón desierto,
donde canta el desacierto
sus victorias más cumplidas,
abren mis viejas heridas,
como campanas de muerto,
las viejas violas dormidas
en el pabellón desierto.

Horacio Quiroga

Cómo distinguir entre violines y violas: 7 Pasos

Combate naval

Flamean en el aire los gallardetes
sobre el viento vacío de inflados floques
y aúna el centelleo de sus estoques
la vanguardia marina de los cadetes.

Repercute en el pomo de los floretes
la arterial valentía con claros choques,
y en el salón distante suenan los toques
de un hipnótico dúo de clarinetes.

Y comienzan de pronto las desazones:
Más alto que el reflejo de los cañones
se extienden en la bruma los catalejos;

y más alto que el humo del carbón de hulla
alza el clarín su grito, y el bronce aúlla
a la mancha de sangre que ve a lo lejos.

Horacio Quiroga

Clarinetes - Instrumentos de viento de madera y metal ...

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