Licenciada en
Historia, correctora, periodista,
crítica literaria, editora, narradora y poetisa.
Entre sus
obras, “La aguja en el pajar”, “Hallar el modo”, “Alguien tiene que
llorar”, “Estatuas de sal” y “Mujer perjura.”
Entre sus
premios, el Premio David de Poesía de la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba, el Premio Casa de las Américas de Cuento y el Premio Casa de las Américas
de Novela.
Donde se cuenta hasta que
apareciste
Por delicadeza,
permití que los
pájaros helados
calentaran sus
picos en mi lumbre,
horadaran los
leños de la noche
e hirieran con
sus cantos mi silencio.
Ellos mancharon
con sus plumas
mis sábanas
y picoteando
sobre la pureza
me volvieron
ceniza,
por delicadeza.
Por delicadeza,
consentí ser la
amante de los héroes.
Alimenté
mentiras y carencias
en hoteles de
paso;
amordacé mi
corazón de niña
y fui mujer fatal
para que nunca
aparecieran culpables.
Ellos se fueron
con mis mejores
máscaras
y sus esposas,
muertas de tristeza,
me dieron mala
fama,
por delicadeza.
Por delicadeza,
pude resucitar
en mis papeles
aquellos
pájaros helados.
A mis tristes y
efímeros amantes
con sus tibias
y frívolas esposas
los transformé
en metáforas.
Esparcí mis
cenizas.
Hice versos
sólo para
conjurar mi mala fama.
Y hoy que no
creo en la delicadeza
te me apareces
tú
que eres más
que la delicadeza.
Estoy enferma
de delicadeza
y no perderé mi
vida por delicadeza
conmigo misma.
Por delicadeza.
Marilyn Bobes
Memorias Del Magnífico
Cuando tú eras
magnífico
cientos de
naves venían a estrellarse
en los
desfiladeros de mi sombra.
Yo miraba en
tus sueños
con la
inquietud del náufrago
y jugaba a
nombrarte monarca de las islas
mensajero del
aire.
Cuando tú eras
espléndido
mi cuerpo el
cantil que frecuentabas
y yo una
especie perseguida en vano
escuchaba en el
viento encantadoras
músicas
levantaba
mareas
y subía por la
furia homicida de tus olas.
Sólo la
claridad nos inundaba.
Ah, cuando tú
eras magnífico
Marilyn Bobes
Triste oficio
Poetisas,
dijeron.
Serán tibias
y falsas
y pequeñas.
Aunque seres
livianos,
no tomarán
altura porque son imperfectas.
Pero si alguna
toca en la palabra
como el burro
en la flauta
postulemos que
es mucho hombre esa mujer
y no
que es mucha
mujer un ser humano.
(No una mujer
nacida de la sombra
donde seremos
siervos o señores.)
Y pensemos
después cómo callarla.
Marilyn Bobes
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