martes, 4 de febrero de 2014

Karen Valladares y los “Poetas del Grado Cero”

 
Karen Valladares es una poetisa hondureña, nacida en Tegucigalpa y fundadora junto con Jorge Martínez Mejía del llamado “Movimiento Literario Poetas del Grado Cero – Una causa Perdida”.
Nada mejor que el siguiente texto para tener hacernos una idea de la manera de entender la poesía de este movimiento:

Con esfuerzo escribo este fárrago. A mí me tocó decir que la poesía ha muerto, sin ambages y sin metáfora. La pequeña difunta debió morir con sol, y sin embargo llueve, quizás sin relación porque a nadie le ha importado nunca la poesía. Es mejor que haya muerto. Ya era fea, roñosa y prostituida. Era difícil colocarla en las librerías, apestaba, era invendible, nadie podía invertirle un céntimo. Los bribones la usaban para sus viajes a Barcelona, México, Bogotá y Buenos Aires, todos con ínfulas de literato, mientras la pobre puta, la perra callejera se moría de inanición. La poesía ha muerto, señoras y señores (Suena el teléfono. Aló Jorge, sólo queremos saber si va a venir porque hace una hora que lo estamos esperando) La poesía murió de flaca, de falta de poetas y de musas, murió de carencia y de puta. Pero los bellos animales siguen existiendo, y el tren, y el camino y los filósofos (Jorge, va a venir o no, porque ya sólo están tres muchachos y lo estamos esperando en el taller de poesía). En la hora que menos imaginamos sólo un pájaro canta bajo la lluvia, y de lo único que dispongo es esta verdad aterradora: La poesía ha muerto.

Karen Valladares

He aquí otro poema de la poetisa hondureña:

Conocí la poesía

Si, conocí la poesía, la he visto en sus mejores y peores formas.
La he visto desnudarse ante mí, como si en verdad fuera el mejor de los amantes.
La he descubierto acurrucada comiendo las sobras que caen al piso.
La he visto suicida, sucia, nauseabunda,
la he visto llena de piojos
de sarna,
vestida en harapos,
la he visto tan detestable
tan apestosa,
tan puta,
tan lunática,
tan esquizofrénica.

Nada de ella me espanta.
conozco sus sabores y sus olores
conozco cada rasgo suyo
y no le temo;
pero ella si me teme
y por eso huye de mi,
y se va temblorosa
a una boca donde mejor la pronuncien.


Karen Valladares

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