sábado, 4 de octubre de 2025

José Martí (La Habana, Cuba, 1853 – Dos Ríos, 1895)

De origen español, fue político, filósofo, periodista, profesor y poeta. Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras por las universidades de Madrid y Zaragoza.

Acusado de traición fue encarcelado, desterrado en la isla de Pinos y,  más tarde deportado a España. Se distinguió por su lucha en favor de la independencia cubana, lo cual le ocasionó persecuciones, deportaciones y finalmente, la muerte. Es conocido como “El apóstol de la Independencia.”

Entre sus obras, “Ismaelillo”, “Versos sencillos”, “Versos libres”, “Flores del destierro.”

La niña de Guatemala

Quiero, a la sombra de un ala,

Contar este cuento en flor:

La niña de Guatemala,

La que se murió de amor.

 

Eran de lirios los ramos,

Y las orlas de reseda

Y de jazmín: la enterramos

En una caja de seda.

 

Ella dio al desmemoriado

Una almohadilla de olor:

El volvió, volvió casado:

Ella se murió de amor.

 

Iban cargándola en andas

Obispos y embajadores:

Detrás iba el pueblo en tandas,

Todo cargado de flores.

 

Ella, por volverlo a ver,

Salió a verlo al mirador:

Él volvió con su mujer:

Ella se murió de amor.

 

Como de bronce candente

Al beso de despedida

Era su frente la frente

Que más he amado en mi vida.

 

Se entró de tarde en el río,

La sacó muerta el doctor:

Dicen que murió de frío:

Yo sé que murió de amor.

 

Allí, en la bóveda helada,

La pusieron en dos bancos:

Besé su mano afilada,

Besé sus zapatos blancos.

 

Callado, al oscurecer,

Me llamó el enterrador:

Nunca más he vuelto a ver

A la que murió de amor.

Cultivo una rosa blanca

en junio como enero

para el amigo sincero

que me da su mano franca.

 

Y para el cruel que me arranca

el corazón con que vivo,

cardo ni ortiga cultivo;

cultivo la rosa blanca.

 Dos patrias

Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche.

¿O son una las dos? No bien retira

su majestad el sol, con largos velos

y un clavel en la mano, silenciosa

Cuba cual viuda triste me aparece.

¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento

que en la mano le tiembla! Está vacío

mi pecho, destrozado está y vacío

en donde estaba el corazón. Ya es hora

de empezar a morir. La noche es buena

para decir adiós. La luz estorba

y la palabra humana. El universo

habla mejor que el hombre.

Cual bandera que invita a batallar, la llama roja

de la vela flamea. Las ventanas

abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo

las hojas del clavel, como una nube

que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa


Qué importa que tu puñal

¿Qué importa que tu puñal

se me clave en el riñón?

¡Tengo mis versos, que son

más fuertes que tu puñal!

 

¿Qué importa que este dolor

seque el mar y nuble el cielo?

El verso, dulce consuelo,

nace al lado del dolor.

Imágenes:https://www.google.com

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