José Martí (La Habana, Cuba, 1853 – Dos Ríos, 1895)
De origen
español, fue político, filósofo, periodista, profesor y poeta. Licenciado en
Derecho Civil y en Filosofía y Letras por las universidades de Madrid y
Zaragoza.
Acusado de
traición fue encarcelado, desterrado en la isla de Pinos y, más tarde deportado a España. Se distinguió
por su lucha en favor de la independencia cubana, lo cual le ocasionó
persecuciones, deportaciones y finalmente, la muerte. Es conocido como “El
apóstol de la Independencia.”
Entre sus
obras, “Ismaelillo”, “Versos sencillos”, “Versos libres”, “Flores del
destierro.”
La niña de Guatemala
Quiero, a la
sombra de un ala,
Contar este
cuento en flor:
La niña de
Guatemala,
La que se murió
de amor.
Eran de lirios
los ramos,
Y las orlas de
reseda
Y de jazmín: la
enterramos
En una caja de
seda.
Ella dio al
desmemoriado
Una almohadilla
de olor:
El volvió,
volvió casado:
Ella se murió
de amor.
Iban cargándola
en andas
Obispos y
embajadores:
Detrás iba el
pueblo en tandas,
Todo cargado de
flores.
Ella, por
volverlo a ver,
Salió a verlo
al mirador:
Él volvió con
su mujer:
Ella se murió
de amor.
Como de bronce
candente
Al beso de
despedida
Era su frente
la frente
Que más he
amado en mi vida.
Se entró de
tarde en el río,
La sacó muerta
el doctor:
Dicen que murió
de frío:
Yo sé que murió
de amor.
Allí, en la
bóveda helada,
La pusieron en
dos bancos:
Besé su mano
afilada,
Besé sus
zapatos blancos.
Callado, al
oscurecer,
Me llamó el
enterrador:
Nunca más he
vuelto a ver
A la que murió de amor.
Cultivo una
rosa blanca
en junio como
enero
para el amigo
sincero
que me da su
mano franca.
Y para el cruel
que me arranca
el corazón con
que vivo,
cardo ni ortiga
cultivo;
cultivo la rosa blanca.
Dos patrias
Dos patrias
tengo yo: Cuba y la noche.
¿O son una las
dos? No bien retira
su majestad el
sol, con largos velos
y un clavel en
la mano, silenciosa
Cuba cual viuda
triste me aparece.
¡Yo sé cuál es
ese clavel sangriento
que en la mano
le tiembla! Está vacío
mi pecho,
destrozado está y vacío
en donde estaba
el corazón. Ya es hora
de empezar a
morir. La noche es buena
para decir
adiós. La luz estorba
y la palabra
humana. El universo
habla mejor que
el hombre.
Cual bandera
que invita a batallar, la llama roja
de la vela
flamea. Las ventanas
abro, ya
estrecho en mí. Muda, rompiendo
las hojas del
clavel, como una nube
que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa
Qué importa que tu puñal
¿Qué importa que tu puñal
se me clave en
el riñón?
¡Tengo mis
versos, que son
más fuertes que
tu puñal!
¿Qué importa
que este dolor
seque el mar y
nuble el cielo?
El verso, dulce
consuelo,
nace al lado
del dolor.
Imágenes:https://www.google.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario