sábado, 30 de octubre de 2021

Mario Sá-Carneiro (Lisboa, 1890 – París, 1916)

Novelista, cuentista y poeta modernista. Sumido en una gran depresión, se suicidó con tan sólo 26 años en presencia de su amigo José de Araujo, ingeriendo seis frascos de arseniato de estricnina, en un hotel en Montmatre.

Entre sus obras, ‘Amizade’, ‘Princípio’, ‘A confissao de Lúcio’, ‘Dispersao’ y Céu em fogo’.


Último soneto

Que rosas fugitivas foste alí!

Requeriam-te os tapetes, e vieste…

Se me dói hoje o bem que me fizaste,

é justo, porque muito te devi.

 

Em que seda de afagos me envolví

quando entraste, nas tardes que apareceste!

Como fui de percal quando me deste

tua boca a beijar, que remordí…

 

Pensei que fosse o meu o teu cansaço…

Que seria entre nós un longo abraço

o tedio que, táo esbelta, te curvava…

 

E fugiste… que importa? Se deixaste

a lembrança violeta que animaste,

onde a mina saudade a Cor se trava?

Fim

Quando eu morrer batam em latas,

rompam aos saltos e aos pinotes,

façam estalar no ar chicotes,

chamem palhaços e acrobatas!

 

Que a meu caixao vá sobre um burro

ajaezado à andaluza…

A un morto nada se recusa,

eu quero por força ir de burro.


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sábado, 23 de octubre de 2021

Rosa de Santa María (Lima, 1586 – 1617)

Monja y poetisa peruana del siglo XVI – XVII.


Fragmentos


Oh dulce martirio,

que con arpón de fuego

me ha herido.

 

Corazón herido

con dardo de amor divino,

da voces por quien lo hirió,

purifica mi corazón.

 

Recibe centella de amor,

para amar a su creador

(,,,)

y temor santo.

 

Amor puro, la vida en cruz.

¡Oh dichosa unión,

abrazo estrecho con Dios!

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sábado, 16 de octubre de 2021

 Miguel Delibes

Era Académico de la Lengua desde 1973. Propuesto varias veces para el Nobel de Literatura, recibió entre otros el premio de las Letras de Castilla y León, el de la Letras Españolas y el Cervantes.

Recordemos el título de algunas de sus obras más sobresalientes:  “Las ratas” “La sombra del ciprés es alargada”, “Cinco horas con Mario”, “Los santos inocentes”, “El disputado voto del Sr. Cayo”, “La señora de rojo sobre fondo gris”, “El hereje”, “El príncipe destronado”, “El camino”... Algunas de ellas han sido llevadas al cine y otras al teatro.

 


“Cinco horas con Mario”

“Después de cerrar la puerta, tras la última visita, Carmen recuesta levemente la nuca en la pared hasta notar el contacto frío de la superficie y parpadea varias veces como deslumbrada. Siente la mano derecha dolorida y los labios tumefactos de tanto besar. Y como no encuentra mejor cosa que decir, repite lo mismo que lleva diciendo desde la mañana: “Aún me parece mentira, Valen, fíjate; me es imposible hacerme a la idea”. Valen le toma delicadamente de la mano y la arrastra, precediéndola, sin que la otra oponga resistencia, pasillo adelante, hasta su habitación...”

“El camino”

 

“Daniel el Mochuelo intuye a sus once años que su camino está en la aldea, junto a sus amigos, sus gentes y sus pájaros. Pero su padre quiere que vaya a la ciudad a estudiar el Bachillerato. A lo largo de la noche que precede a la partida, Daniel, insomne, con un nudo en la garganta, evocará sus correrías con sus amigos - Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso - a través de los campos, descubriendo el Cielo y la Tierra, y revivirá las andanzas de la gente sencilla de la aldea.

Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así. Daniel el Mochuelo desde el fondo de sus once años, lamentaba el curso de los acontecimientos, aunque lo acatara como una realidad lamentable y fatal . Después de todo, que su padre aspirara a hacer de él algo más que un quesero era un hecho que honraba a su padre. Pero por lo que a él afectaba...”

“Las ratas”

“Poco después de amanecer, el Nini se asomó a la boca de la cueva y contempló la nube de cuervos reunidos en consejo. Los tres chopos desmochados de la ribera cubiertos de pajarracos, parecían tres paraguas con las puntas hacia el Cielo. Las tierras bajas de Don Antero, el poderoso, negreaban en la distancia como una extensa tizonera.

La perra se enredó en las piernas del niño y él le acarició el lomo a contrapelo, con el sucio pie desnudo, sin mirarla; luego bostezó, estiró los brazos y levantó los ojos al lejano cielo arrasado."

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sábado, 9 de octubre de 2021

Nicandro Pereyra (Santiago del Estero, Argentina, 1911 – Buenos aires, 2001)

Estudiante de Derecho, Doctor en Ciencias Económicas y poeta. Fue un integrante del grupo de escritores denominado “La Carpa.”

Entre sus obras, “Poemas simples”, “Coplas del cañaveral”, Esther judía”, “Apuntes con rocío de Buenos Aires”, “Madrigal azucena”, “Muchacho con glicinas” y “Canciones a Taluí.”


Coplas del ingenio azucarero

 

Trapiche para moler,

para moler y cantar,

para cantar esta pena:

la pena de Tucumán.

 

Primero nieve de caña

y luego azúcar pilé.

Primero un hombre lozano

y luego lo que yo sé.

 

En el ingenio "El Mosquito"

trabajan de noche y día:

quince cañutitos muelen,

quince de la caña india.

 

La serpiente del Ingenio

se vistió de carmesí

con la sangre de mis niños

y el corazón que le di.

 

Al patrón no lo conozco,

yo conozco algo peor:

conozco un hijo de puta

llamado administrador.

 

La cachaza maloliente

por la acequia ya se va.

Es una muchacha pobre

camino al cañaveral.

 


Coplas del mocito

 

Cuando el lapacho venga

rosa y rosado

me hallarás en el río

con mi caballo.

 

Cuando la zafra llegue

con las vidalas,

verdes serán tus ojos

como las cañas.

 

Al galope, al galope,

viene el mocito

con la guitarra negra

y el pañuelito.

Coplas con ucumar

 

Me pongo a cantar y canto

leyendas del ucumar

con siestas y resolanas,

con caña y cañaveral.

 

Cantaré para que canten

muchachos de Famaillá,

para que nunca se olviden,

leyendas del familiar.

 

Para esta víbora verde

que me roe el esqueleto,

para esta víbora, hermano,

le guardo cuatro secretos.

 

Guardo un secreto por Juan

y dos por mi hermano Pedro

y un último por Miguel

que muere sin pan ni techo.

 

Se adorna con perla fina

la chancha de Clodomiro,

con la niebla azucarera,

con alcoholes matutinos.

 

Un perro negro me sigue

por caña y cañaveral,

un perro que ladra y muerde,

un perro que es capataz.

 

Un perro negro me sigue

por caña y cañaveral,

un perro que no se harta,

que me pide más y más.

 

Un perro negro me sigue

por caña y cañaveral.

Ay perro que no me agarren

las ganas de acuchillar.

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domingo, 3 de octubre de 2021

Íñigo de Mendoza (Guadalajara, 1425 – Valladolid, 1507)

Escritor y poeta del prerrenacimiento.

Entre sus obras, “Coplas de la vita Christi”, “El sermón trovado”, “Coplas en loor de los Reyes Católicos” y “Cancionero”.

Exclamación de los Reyes contra el tirano rey Herodes

¡O encubierta tiranía,

digna de todo reproche!

¡O tirana hipocresia,

en el rostro muestras día,

en el pecho tienes noche!

Ca tú dixiste que irías

después de nos adorarlo

y en el coraçón comedías

qué manera podrías

buscar para matarlo.

Íñigo de Mendoza

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